Arriba, el cielo gris se desploma sobre mí;
Debajo, el suelo alquitranado corroe mis pies.
No trates, compañera, de retrasar mi partida;
La vida campa ancha y esta ahí fuera esperando que alguien juegue con ella.
La vida campa ancha y esta ahí fuera esperando que alguien juegue con ella.
Siempre traté de hacer realidad mis sueños,
pero un día me dí cuenta que esos sueños no eran míos,
venían a través de la antena parabólica o se mostraban,
en los escaparates del Corte Inglés.
No, mis sueños no se venden ahí fuera.
Las luces de neón no volverán a iluminar mis fantasías,
Tampoco llevaran alerones frontales y traseros para mejorar la adherencia,
ni caminarán sobre relucientes llantas de aluminio.
ni caminarán sobre relucientes llantas de aluminio.
Mis sueños no se ven, ni se huelen, ni se tocan.
Estan aquí, conmigo, y siempre los llevo encima.
¡Compañera, que gran descubrimiento!
Y si algún día quieres venir a verme,
búscame, en algún lugar cerca del mar.
*Imagen:
"Nocturno, Cabo Polonio"; de Santiago García (Montevideo)
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