viernes, 3 de agosto de 2007

Muertos Vivientes

Barcelona oscurece
y los yates,
con toda su opulencia,
brillan en el mar
a punto para zarpar.

En su interior
cualquier lujo es alimento
para las almas en pena
disfrazadas con sonrisas baratas
y "Dolce and Gabbana".

Fuera, y de espaldas a ellos,
los muertos descansan en la montaña
mientras saludan, con sus voces etéreas,
la partida de sus iguales en vida.

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