Capitulo VII: "Descubriendo los Andes"
Tafí del Valle es una pintoresca población en el centro del valle, de antigua posesión jesuítica, dedicada a las artesanías, el queso y el turismo. Dejando atrás un beatísimo lago artificial en el mismo valle, decidí continuar al día siguiente hacia las sierras de Quilmes, para continuar el viaje en dirección norte. Al pie de un cerro me baje del autobus para visitar la venerable ciudadela de los indios quilmes en uno de los asentamientos prehispanicos mas importantes de la Argentina.
El autobús paro para dejarme solo al pie de un camino que se adentraba 5 km hasta llegar a las ruinas. El inconveniente fue que no pasaba nadie para llevarme hasta allá. Así que decidí cargar mochila (bajo un sol infernal) y "pa delante como los de Alicante". Tras el eterno camino por el que solo transitaban vehículos en dirección contraria, llegue al pie de las ruinas donde tuve tiempo para descansar y refrescarme en un mini hotel.
Os cuento un poquito sobre el pueblo de los quilmes, la trágica historia de un pueblo que me parecio interesante. Este asentamiento indígena fue, debido a su estratégica situación, el ultimo en caer bajo domino de los españoles durante principios de 1600. Después de acorralarlos y sitiarlos (dejándolos sin agua y comida) los hicieron presos para llevarlos, A PIE, hasta Buenos Aires. De 2000 indígenas que salieron solo llegaron 400 a la capital, después de sufrir ese terrible viaje en penosas condiciones. Allá los situaron en un barrio que hoy en día lleva su nombre (curiosamente yo fui a uno de los centros escolares de ese distrito) y el de la cerveza mas importante del país.

Esta mañana fuimos en bici hasta unas dunas preciosas situadas a 6km del pueblo antes del amanecer. Ha sido genial. Esta noche haremos una cenita de despedida y mañana salgo para Salta con el tiempo apurado para estar la semana que viene en Bolívia.
Bueno, no os robo mas tiempo!.
Besos y abrazos
Hasta pronto,
Ricard.
Que tal, familia?
Bueno, ya hace algún tiempo que no escribo. La verdad es que no es fácil hacer un pequeño diario de las cosas que le pasan a uno cuando todo sucede tan rápido! Ya no se por donde retomar las andadas.
Después de unos inolvidables días en Rosario, mi siguiente destino fue San Miguel de Tucumán, a unos 800 km mas al norte. La estancia en aquella ciudad fue cortita pero intensa. Tucumán es una linda ciudad con rasgos mas propios de un pueblo. Después de pasear y visitar algunos lugares y edificios de interés (como el famoso Congreso de Tucumán, donde los Argentinos decidieron zafarse del yugo de los españoles y firmaron la Independencia del Reino en el año 1816) conocí a Sebastián, el novio de una amiga que conocí en Montevideo. Sin saber como, la buena onda se apodero de nosotros y pasamos la noche entre birras (la Salteña negra, es muy buena, Juanito) y unas amigas muy simpáticas de Sebas.
Pero lo mas interesante de la provincia de Tucumán no reside en la ciudad, sino en los alrededores. Partiendo de san Miguel por ruta 38 al sur, y tras saltear tierras de cultivos de caña de azúcar de los faldeos serranos, recorrimos el ultimo tramo de la llanura para internarnos poco a poco en los Andes.
Durante los 500 metros de altitud no os podéis imaginar como cambio el paisaje de alrededor. Desaparecieron cultivos y el protagonismo lo lo tomo la selva subtropical, con arboles altísimos como el laurel, el palo amarillo y cedros con troncos y ramas. Increíble. Después acompañar a un río durante el ascenso y superar los 2000 metros de altitud comenzó a desaparecer la selva para convertirse en un desierto lleno de cerros y pequeñas casitas desparramadas por los valles. Fue en el precioso valle de Tafí donde decidí pasar la noche.
Bueno, ya hace algún tiempo que no escribo. La verdad es que no es fácil hacer un pequeño diario de las cosas que le pasan a uno cuando todo sucede tan rápido! Ya no se por donde retomar las andadas.
Después de unos inolvidables días en Rosario, mi siguiente destino fue San Miguel de Tucumán, a unos 800 km mas al norte. La estancia en aquella ciudad fue cortita pero intensa. Tucumán es una linda ciudad con rasgos mas propios de un pueblo. Después de pasear y visitar algunos lugares y edificios de interés (como el famoso Congreso de Tucumán, donde los Argentinos decidieron zafarse del yugo de los españoles y firmaron la Independencia del Reino en el año 1816) conocí a Sebastián, el novio de una amiga que conocí en Montevideo. Sin saber como, la buena onda se apodero de nosotros y pasamos la noche entre birras (la Salteña negra, es muy buena, Juanito) y unas amigas muy simpáticas de Sebas.
Pero lo mas interesante de la provincia de Tucumán no reside en la ciudad, sino en los alrededores. Partiendo de san Miguel por ruta 38 al sur, y tras saltear tierras de cultivos de caña de azúcar de los faldeos serranos, recorrimos el ultimo tramo de la llanura para internarnos poco a poco en los Andes.
Durante los 500 metros de altitud no os podéis imaginar como cambio el paisaje de alrededor. Desaparecieron cultivos y el protagonismo lo lo tomo la selva subtropical, con arboles altísimos como el laurel, el palo amarillo y cedros con troncos y ramas. Increíble. Después acompañar a un río durante el ascenso y superar los 2000 metros de altitud comenzó a desaparecer la selva para convertirse en un desierto lleno de cerros y pequeñas casitas desparramadas por los valles. Fue en el precioso valle de Tafí donde decidí pasar la noche.
El autobús paro para dejarme solo al pie de un camino que se adentraba 5 km hasta llegar a las ruinas. El inconveniente fue que no pasaba nadie para llevarme hasta allá. Así que decidí cargar mochila (bajo un sol infernal) y "pa delante como los de Alicante". Tras el eterno camino por el que solo transitaban vehículos en dirección contraria, llegue al pie de las ruinas donde tuve tiempo para descansar y refrescarme en un mini hotel.
Os cuento un poquito sobre el pueblo de los quilmes, la trágica historia de un pueblo que me parecio interesante. Este asentamiento indígena fue, debido a su estratégica situación, el ultimo en caer bajo domino de los españoles durante principios de 1600. Después de acorralarlos y sitiarlos (dejándolos sin agua y comida) los hicieron presos para llevarlos, A PIE, hasta Buenos Aires. De 2000 indígenas que salieron solo llegaron 400 a la capital, después de sufrir ese terrible viaje en penosas condiciones. Allá los situaron en un barrio que hoy en día lleva su nombre (curiosamente yo fui a uno de los centros escolares de ese distrito) y el de la cerveza mas importante del país.
Después de andar por ese mítico lugar, unos chicos me dejaron al pie de la ruta 40 (famosa por su longitud de 4.667 km!). Allí, si no quería esperar tres horas hasta que pasara de nuevo el bus, tuve que hacer "dedo" hasta Cafayate a 60 Km, que es donde me encuentro ahora mismo. Este lugar es un hermoso pueblecito de la provincia de Salta donde las actividades se concentran alrededor de una hermosa plaza con iglesia colonial. En el hostel conocí a un montón de gente con la que estoy haciendo buena amistad. Mi idea principal era pasar una noche y ya llevo tres! Hay muy buena onda y hemos hecho un grupo muy divertido para ver lugares preciosos de alrededores. Mael (Francia), Jorge (barcelona!), Fernando (Argentina), Li (Israel) y unas chicas de Rosario lo estamos pasando genial. Un día, tras visitar una bodegas locales fuimos a visitar unas cataratas situadas entre cerros. Buah! vaya paliza! dos horas de camino duro al lado de un río subiendo escarpados cerros y salteando el curso del río, valió la pena para llegar a un lugar mágico. Un salto de agua de 10 metros en un lago escondido en plena naturaleza. Ya os enseñare fotos. Increíble.
Esta mañana fuimos en bici hasta unas dunas preciosas situadas a 6km del pueblo antes del amanecer. Ha sido genial. Esta noche haremos una cenita de despedida y mañana salgo para Salta con el tiempo apurado para estar la semana que viene en Bolívia.
Bueno, no os robo mas tiempo!.
Besos y abrazos
Hasta pronto,
Ricard.

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