domingo, 22 de noviembre de 2009

Compañera, compañero



Compañera, compañero;
ya puedes conciliar tu mirada, con la mía.
Pues no hay barreras en nuestras sonrisas,
ni obstaculos erguidos sobre nosotros.

La huellas tambaleantes de tu osadía
ya no se desdibujan solitarias en los caminos.
Ahora las acompañan las mias,
para ser complices de tu destino.

Pero compañera, compañero;
no pierdas la esperanza.
Abandonaste tu morada
para construir algo que se te habia negado.

Y no encontraste más que sueños rotos
esparcidos por esta sucia ciudad.
Ya no hay miradas esquivas entre tú y yo
Ya no estas sólo compañera, compañero.

Ahora tus ojos son mis ojos,
y tu sufrimiento lo hago mio.
Ya no hay injusticia que deambule impune.
Las hago también mías camarada.

Por eso te digo: no tengas miedo
compañera, compañero.

No hay comentarios: